Las estadísticas de la Sociedad Argentina de Nefrología (SAN) dan cuenta que en nuestro país hay unos 5 millones de personas que sufren algún grado de Enfermedad Renal Crónica (ERC). De los que tienen esta condición de salud, solo el 10% lo sabe. Es decir que unas 4,5 millones de personas ignora su patología, ya que en las primeras etapas prácticamente no genera síntomas.

Sin embargo, esta ya no es excusa para no diagnosticar la ERC a tiempo, ya que confirmar si una persona está en esta situación renal no requiere más que un simple análisis de laboratorio. Y la diferencia entre tener o no un diagnóstico no es menor, ya que el abordaje temprano y el seguimiento oportuno ofrecen muchas más posibilidades de reducción de complicaciones y mejor calidad de vida.

Prevalencia

Nuestros riñones cumplen una función esencial para nuestro organismo: movilizan desechos producidos por el cuerpo (toxinas) que se filtran desde la sangre y se eliminan a través de la orina.

Además, regulan la presión arterial, eliminan el exceso de líquido y electrolitos y generan hormonas esenciales para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo. Por eso, cuidar la buena salud de los riñones es imprescindible para evitar complicaciones en otros sistemas, sobre todo, el cardiovascular.

¿Qué es exactamente la Enfermedad Renal Crónica? Los libros la definen de la siguiente manera: “Es la presencia de daño renal por un período mayor a tres meses. Eso se evidencia analizando las alteraciones de la función renal o cuando dos análisis, separados por tres meses, detectan alteraciones de los denominados marcadores de daño renal”.

Los datos locales más confiables surgen de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, realizada por el que fue el Ministerio de Salud de la Argentina. Este estudio determinó que la prevalencia actual de la ERC es del 13% de la población total. Para entender mejor este número: eso significa que una de cada 8 personas que nos rodea tiene esta enfermedad relacionada con el mal funcionamiento de los riñones.

Frente a este panorama, en los últimos años la investigación médica ha logrado avances significativos. “De acuerdo con una publicación de la SAN, los progresos en la ciencia han logrado frenar -en forma significativa- la progresión de la ERC y, de esa manera, también se ha conseguido reducir la incidencia de las complicaciones que esta patología puede provocar con su evolución a lo largo del tiempo”, explicó Carlos A. Bonanno, presidente de la SAN.

Estos avances también permiten mitigar las complicaciones usuales que esta patología suele traer asociada como la aparición de enfermedades cardiovasculares. Por eso mismo, y bajo el lema “Unidos por la salud renal”, la campaña de la SAN para el corriente año se fijó como objetivo trabajar sobre potenciar la igualdad en el acceso a los avances de la ciencia. Se busca fomentar estrategias de colaboración que permitan mejorar el acceso y la disponibilidad de los avances de la ciencia, en forma oportuna, para todos los que sufren ERC.

El objetivo central de la campaña es la prevención, lo que es posible si se adoptan unos pocos y simples hábitos de vida saludable.

Para estar alerta

850 millones de personas, en todo el mundo, sufren de Enfermedad Renal Crónica.

3,1 millones de muertes provocó la ERC en 2019 a nivel global. Hoy es la 8ª causa principal de muerte y, si no se mejora su atención, su incidencia seguirá creciendo.

10% de la población adulta global presenta algún tipo de daño renal.

20% de los varones y 25% de las mujeres, de entre 65 y 74 años, tienen ERC.

50% de las personas de 75 años o más tiene algún grado de ERC.

90% De la función renal se puede perder antes de que se experimente algún síntoma de enfermedad renal.

Ocho reglas de oro de la buena salud renal

- Controlarse regularmente la presión arterial. Es una de las causas más frecuentes que alteran el funcionamiento de los riñones.

- Observar el nivel de azúcar en sangre. Es la primera causa de desarrollo de deterioro renal.

- Es importante que las personas con diabetes se realicen exámenes de monitoreo de su función renal al menos una vez al año.

 Seguir una alimentación saludable, rica en vegetales y controlar el peso corporal, tratando de mantenerlo en parámetros adecuados. Es clave el consumo de sal. La ingesta de sodio recomendada por la Organización Mundial de la Salud es de 5 a 6 gramos de sal por día.

- Mantenerse hidratado. El consumo de agua debe ser de alrededor de 1.5 o 2 litros diarios.

- Realizar actividad física de forma habitual para estar activo y en un peso adecuado. El ejercicio ayuda a reducir la presión arterial y, por lo tanto, reduce el riesgo de ERC.

- No fumar. El tabaquismo altera la circulación y puede afectar la función renal.

- No recurrir a fármacos que puedan dañar los riñones (no automedicarse).

- Realizarse chequeos de rutina en forma periódica.